Recuerdos: La búsqueda de Palin

Supongo que no calibró encontrarse en esa situación. Su rostro mostró la sorpresa dando lugar al pánico. Lo siguiente sería la súplica y la petición de clemencia.


A decir verdad, yo no esperaba haber llegado tan lejos. Cuando el profesor Palin desapareció no dudé en ofrecer una recompensa millonaria por cualquier pista de su paradero y, aunque tuve que filtrar muchas pistas falsas de bastardos que esperaban conseguir dinero fácil, algo salió. Una simple filtración de una nave en un astillero clandestino, una Diamond Back Scout que había sido equipada con un nuevo sistema de camuflaje. Algo que desafiaba toda lógica y todo conocimiento de las tecnologías de camuflaje disponibles hasta la fecha.


No fue fácil tirar del hilo, pero eventualmente me abrí camino entre un entramado de empresas fantasma que al final conducían a la mano ejecutora: Una facción mercenaria cuyo nombre, si os soy sincero, ya ni me acuerdo. Tampoco me importa un bledo.


La historia parecía conducirme directamente a aquellos que habían secuestrado a Palin. Según averigüé, habían sido contratados para crear capturar a Palin usando la información que la DBX, observada por varios comandantes cerca de Obsidian Orbital, les había estado enviando. Para ellos, un trabajo sencillo, a pesar de tratarse de uno de los principales investigadores en materia alienígena.


Me colé en su base haciéndome pasar por un nuevo recluta. Os lo podéis imaginar: No coló, supieron quién era e intentaron matarme.


Os será de útilidad saber que, si hay algo que nadie espera en una estación en el espacio profundo es una carga de demolición. Cuando sacaron las primeras armas activé las cargas, y la descompresión hizo el resto. Mi traje Remlock se activó al momento, y mis botas magnéticas me mantuvieron en el sitio, suerte que no corrieron muchos de los mercenarios. Solo unos pocos, los pilotos, llevaban puestos sus respectivos trajes y salvaron la vida.


Por eso aquel bastardo me miró aterrorizado cuando le apunté a la cara. Suplicó clemencia y me dijo todo lo que quería saber: Era una pista falsa. Les habían contratado para crear varias historias paralelas para cubrir el auténtico paradero de Palin. Ellos jamás habían estado en Maia ni habían participado en su secuestro.


Silencié el sistema de comunicaciones de mi traje. Pude verlo gritar un instante antes de apretar el gatillo, pero no sé lo que dijo. En el vacío, nadie puede escuchar tus gritos.

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